Mi historia

Soy bióloga de la Universidad de Los Andes.

Apasionada por la alimentación

La cocina me apasionó desde pequeña. Mis mejores notas en el colegio fueron en culinaria y de niña hacía torta de chocolate para venderles a mis compañeras de clase. Cuando me casé me fui a vivir a Quito y, como me tocó ser ama de casa, me dediqué a hacerle comidas deliciosas a mi esposo. Mi primera aproximación a la nutrición fue cuando fuimos al médico por colesterol alto de mi esposo. El médico me regaló mi primer libro de nutrición, explicándome que tenía que cambiar la forma de cocinar si quería ayudarlo con su salud. Al leerlo, me apasioné y comencé a estudiar nutrición por mi cuenta, de esto ya hace casi 30 años.

He sido autodidacta en el tema de la nutrición. He tomado muchos cursos y cursé unos semestres en la Universidad Católica de Quito, y actualmente estoy cursando mi segundo año de maestría en Nutrición Clínica en la Universidad de Barcelona.

Nunca he tenido sobrepeso importante, en algunos momentos de la vida unos kilos de más y en otros unos de menos, pero siempre he estado enterada de todas las “dietas de moda”. He probado muchos de los suplementos que salen al mercado. He sido carnívora, vegetariana, vegana, me he alimentado con polvos de proteína de soya, otra vez carnívora, pecetariana, omnívora.

Si bien trabajé muchos años como bióloga en la industria de la floricultura, nunca me alejé de mi pasión, el estudio por la nutrición.

Alma de deportista

Adicionalmente he sido deportista desde la adolescencia, montañista, patinadora de alta competencia, ciclista y hace 20 años instructora de spinning, tema que me permitió seguir muy de la mano de la nutrición porque mis alumnos siempre me pedían asesoría sobre qué comer para bajar de peso y para mejorar su desempeño deportivo.

El encuentro con el yoga

En la búsqueda de mi camino espiritual en el 2005, me encontré con el yoga y desde entonces lo practico. En el 2012, decidí dejar la floricultura, me tomé un par de años sabáticos en los que estudié y me formé como profesora de Power Yoga. Quería compartir con otras personas, los beneficios que había recibido al practicar esta disciplina. Tuve una escuela durante 4 años que me trajo muchos aprendizajes y sabiduría. En el 2015, conocí la metodología del yoga Iyengar y desde entonces la estudio a manera de hobbie y para seguir mejorando como profesora.

En el 2018, tuve la oportunidad de viajar a India a un curso intensivo en el Instituto Iyengar. Me defino como practicante y aprendiz eterna de yoga, enseño a mis alumnos lo que aprendo y lo mismo hago con la alimentación, desde mis conocimientos y con la pasión y la firme convicción de ayudar a otros a mejorar sus vidas. Enseño lo que sé, de alimentación y de nutrición.

Mi profesión: transmitir

El yoga me ha enseñado que la mejor forma de transmitir el conocimiento a otros es desde mi propia experiencia: no pude enseñar a mis alumnos a pararse de cabeza hasta que no pude hacerlo yo misma. Lo mismo aplica para la alimentación y nutrición, enseño todo, primero desde lo que estudio y luego desde mi experiencia personal.